El pasado viernes 26 y sábado 27 de mayo, tuvo lugar en el Teatro Universidad de Chile, en Santiago, el esperado concierto “Sonidos de la Modernidad” protagonizado por el reconocido acordeonista Iñaki Alberdi y la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile. Bajo la dirección del maestro Rodolfo Saglimbeni, el evento prometía una experiencia musical única y novedosa para los amantes de la música clásica.
Iñaki Alberdi, quien se presentaba por segunda vez en Santiago, ha sido un incansable defensor de dotar al acordeón de un repertorio académico, colaborando estrechamente con compositores contemporáneos. Su objetivo ha sido ampliar el legado musical del instrumento y asegurar su relevancia para las futuras generaciones de acordeonistas.
El concierto “Sonidos de la Modernidad” comenzó con la interpretación de la orquestación de Claude Debussy de la famosa “Gymnopédie I” de Erik Satie, seguida del estreno en Chile de “Fachwerk”, una obra para acordeón, percusión y orquesta de cuerdas de la compositora rusa Sofia Gubaidulina. Esta pieza destacó por la combinación única de sonidos del acordeón, la percusión y las cuerdas de la orquesta, creando una atmósfera cautivadora y evocadora.
El concierto continuó con la interpretación de las orquestaciones de Debussy de “Gymnopédie II” y “Gymnopédie III”, esta última realizada por el propio Rodolfo Saglimbeni. Estas versiones orquestales de las composiciones de Satie ofrecieron una nueva perspectiva sobre estas piezas clásicas, resaltando su belleza y sensibilidad.
Finalmente, el programa culminó con la interpretación de la “Suite No. II” de “Daphnis et Chloé” de Maurice Ravel, con los movimientos “Amanecer”, “Pantomima” y “Danza general”. Esta suite sinfónica transportó al público a un mundo de imágenes musicales vívidas y emocionantes, mostrando el virtuosismo de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile y su capacidad para transmitir una amplia gama de emociones.
El concierto “Sonidos de la Modernidad” con Iñaki Alberdi y la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile fue un éxito rotundo. La certera presentación de Alberdi demostró el poder del acordeón como instrumento solista y su versatilidad en distintos estilos musicales. El público asistente pudo disfrutar de una experiencia musical enriquecedora, con intriga y vértigo, resultando de manera magistral.
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